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miércoles, 5 de octubre de 2011

bloqueos

Hoy las ideas no quieren acudir a mi mente. Por más que lo intento, me siento vacía de letras. No encuentro entre mis pensamientos el sentimiento adecuado, digno de ser desarrollado y expuesto en un papel. Mejor será que no pierda el tiempo y me dedique a otros menesteres, a ver si mientras tanto las musas llaman a mi puerta. No sé, quizá mañana lo intente de nuevo.

La iniciación al bloqueo consiste en «una retirada a destiempo». Cada vez que nos sentimos poco motivados, buscamos razones para escapar del malestar interior que nos produce no ser capaces de comenzar con nuestra tarea de escritores. Lógicamente, nos estamos equivocando. Si nos falta motivación para comenzar a escribir, debemos escribir. Sólo así romperemos las barreras que nuestros «miedos creativos» alzan a modo de «bloqueos».

No hay excusa alguna que deba romper el ritmo del escritor. Perder el tiempo no es intentar pulir un estilo, trabajar una materia, buscar ideas y ejercitar la mente. Perder el tiempo es dejar descansar la «pluma» para arreglar el viejo televisor, para salir a comprar cosas innecesarias que malgastan tiempo y dinero, para escapar de la «rutina de escribir».

Si para algunos de nosotros escribir es una tortura, puede ser que no hayamos nacido escritores. Escribir es una pasión, un placer, y como toda pasión conlleva sufrimiento. Para alcanzar los placeres de la vida, es necesario luchar contra los contratiempos, contra las incertidumbres, atravesar los miedos y romper esas barreras que vamos incluyendo en nuestros caminos a lo largo de nuestras vidas.

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