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miércoles, 6 de abril de 2011

Los Redondos - Yo no me cai del cielo



What was that promise that you made?

A veces uno no sabe si terminar escuchando a Claudio María Domínguez u oscilar en el ascetismo poco creíble del odontólogo Barreda, pero si hay algo que fundamentalmente (pero juro que es algo que inescrupulosamente me genera mucha pero mucha ira) es la inconstancia ajena.

Digo, hay que bancarse ser de Chicago, decirlo a los cuatro vientos y gritarlo cuando caminás por las zonas aledañas a la cancha de Velez, sin que se te mueva un pelo...

Digo, afirmo, enuncio que hay que bancarse defender a Cristina, a Néstor, a Hugo y a todos los K, hasta el punto de que la vena de la frente me explote por decir que viviría junto a mi gato en el bigote de Aníbal Fernández...

Sostengo, y golpeo la mesa al declamar que en definitiva hay gente que es ignorante de pensamiento y de sentimientos y que en definitiva, hablar, es sólo una forma poco necesaria de perder saliva, energía y cuanto más, tiempo mental...

Abjuro de todos los momentos en los que he tenido una cuota de entidad de creer que las personas son todas buenas. Día a día, cuanto más recorro las calles, hay diferentes clases de monstruosidades acorde con la cercanía del homo sapiens que la lleve a cabo. Pero si hay algo que tienen en común todos es que si estafaron a Susana Gimenez, un Rama cualquiera, no hay que pedir peras al olmo: NACEN VAGOS, VIVEN EN LA INDIGENCIA, Y SU ÚNICA REALIDAD INMEDIATA ES CONSEGUIR DINERO PARA LA SALIDITA, LA VALVULITA DE ESCAPE, O EL NOMBRE DE LA SEÑORITA DE TURNO.

Desfenestro la cuota de benevolencia que he tenido escuchando, dando soluciones "as soon as possible" a cuanta personalidad carente de entidad ha aparecido en mi pasado, para realmente ahora, cual JANO miro al pasado para reírme, pero al futuro ni lo pienso porque en el fondo todo es un hoy. Y un hoy es un aquí y ahora donde el tiempo es imposible de ser ocupado por nimiedades...

Sonrío con la más grande de las sonrisas, esa que hace que los dientes se me salgan para afuera como si fuera un conejo o como una ardilla. Esa sonrisa de no poder creer que de repente, en el momento en que levo anclas de un lugar, termino volviendo a mi eje que es esto, lo que me llena, el falito tan lindo que es volver a estudiar. Una hermosa pila de TERMINOLOGÍAS, LEXICOLOGÍAS, PSICOLINGUÍSTICAS, LEXICOGRAFÍAS, Y TEORÍAS LITERARIAS Y SEMÁNTICAS CON IDIOMAS, que imposibilitan realmente creer que alguna vez las cosas pueden ser distintas. Que la vida es mucho más que locura y que cuando las cosas se ponen dolorosas, no hay nada mejor que fintear para que la pelota del quemado le pase a otro...

Lloro de la bronca de haber vuelto a perder energía en concreto, es decir, dinero. Me apena que justamente la gente tenga la idea de que yo arrojo manteca al techo, y que me llueven borbotones de ROCAS cuando las únicas rocas que me caen son de una especie de lava, pues hay días que me siento en infernáculos...

Miro indiferente el menú del restaurante mexicano en donde la trucha rellena es el plato más caro, acompañado de deliciosas coronas y José Cuervito para quien tiene el tupé de recordarme (cosa que no es necesaria, pues YA LO SÉ) lo linda que soy, sólo para asegurarse un momento. La vida no son sólo momentos lindos. Y si se pensó que me llamo KARINA "LINDO MOMENTO" TORRISI está tan lejos de mi tanga como de que yo me suba a ese auto y termine bailando de vuelta creyendo que una característica de un animal, hace a la persona.

Reacciono cuasi reflejamente ante el caco que toma mi celular en Once. Y por un lado digo, me alegro así nadie me rompe los cocos con llamados fuera de lugar a horarios imprecisos, pero fundamentalmente, así por una vez estoy conectada con lo que realmente me importa YO.

Lleno los ojos de lágrimas al pensar que es la primera vez en que durante una semana seguida sueño con mi papá, y que sueño que lo extraño dentro del sueño. Y él dentro del sueño me dice que no va a volver, que tiene que dejarme, y que yo tengo que dejarlo porque sino el que se va a despertar es él y yo no voy a estar más. Entonces me asusto, y deambulo por la casa de vuelta, con los ojos abiertos y desorbitados como vaca loca mirando el tren, y siento que debería hablar de que justamente lo extraño, no porque lo quiera más que antes; sino porque ahora me hace mucha falta. Lo que se traduce como un NO LE HAGO FALTA, YA QUE ÉL SE MURIÓ Y NO LE IMPORTÓ QUE YO LO EXTRAÑE Y LO NECESITE.

Bajo la cabeza en señal de reverencia a las personas que realmente me acompañaron y lo hacen. Pero en este momento me repliego. Me encierro, y ya no quiero hablar más. Ya no tengo más nada que decir. Lingua sed torpet y honestamente creo que es el momento de retirarme de esta escritura que en definitiva lo único que provoca es la melancolía de los abismos y de las reverberaciones de la nada misma. Es la masturbación discursiva de justamente la imposibilidad de poner en palabras eso mismo, la angustia.

y en eso vino a salvarme Rolandito de vuelta

"Espero una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Puede ser fútil o enormemente patético. Todo es solemne: no tengo sentido de las proporciones.
Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los afectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza del teatro.
La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado. Todas estas diversiones que me solicitan serían momentos perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo me quede sentado en un sillón al alcance del teléfono, sin hacer nada.
El ser que espero no es real. El otro viene allí donde yo lo espero, allí donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo alucino: la espera es un delirio."

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