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lunes, 14 de marzo de 2011

Manual de la PERFECTA INFAME






Días y días de lectura del horóscopo. Tardes de charla con tus amigas y tirada de cartas del Tarot Marsellés, egipcio y angelical. Lectura del I- Ching y sandeces como el análisis de la compatibilidad astrológica han demostrado que nada sirve. Imposibilitados por naturaleza de la capacidad de tener una fibra diferente de la óptica, incapacitados para expresar lo que sienten realmente, nos hemos cansado y hemos decidido de manera común (ella, Karina, y yo, Torrisi) hacer un frente de trincheras. Esta guerra no pretende ser una guerra relámpago en la que sólo aflora una simple tormenta pasajera, sino que plantea un frente de batalla. Miles de ellos han pasado por mi boca y pocos han tocado el cerebro, pues no soy tan vulgar para decir “corazón” ya que es simplemente un músculo. Es en ese sinfín de serafines y querubines donde caemos en la realidad: “Ellos son el enemigo”. Y así como a las hormigas, los fumigadores les arrojan veneno, nosotras haremos lo propio por las siguientes causas:


1) Excesividad de la charla. Defecto natural que radica básicamente en la imposibilidad de tolerar los silencios ya que por lo general, uno de los defectos que poseen los machos, poseedores del cromosoma XY (por la patita que le falta, vio?) llenan espacios con sandeces. Y estas pueden llegar a volverse letales contra una, porque a veces la llenan con charlas innecesarias sobre la humildad y el talento, el trabajo del proletario, te quieros innecesarios y ridiculeces como promesas de la consistencia de la gelatina recién hervida. Esas promesas (irrisorias) porque creer en la palabra masculina es creer justamente en la NO-PALABRA habla muy mal de nosotras porque justamente si hay algo que los caracteriza es la insinceridad. Pregúntale al tipo con el que te acostás: ¿estás teniendo sexo con otra? Y seguramente te hablará de sus problemas en el trabajo y de lo lindas que tenés las lolas. Eso sí. Excesividad de charla…seguro, que problemas en casa, que problemas con la nena, que problemas y problemas y blabletas, eso sí, de contestar si se curte a otra, ni hablar!

2) Diferenciemos MIEMBROS, TIPOS, de HOMBRES. En principio, tratemos de mantener la objetividad de la tarea. Llámase MIEMBRO a un sr. al cual se le puede mandar un mensaje de texto a cualquier horario, en cualquier momento y éste responde erecta y llanamente (u horizontalmente o verticalmente de acuerdo a su momento o estado etílico). Atención, que nosotros para ellos también nos convertimos en esta SINÉCDOQUE en la que somos “traste” o “lolas”. TIPOS son aquellos con los cuales uno puede tener una charla. En el momento del después una puede caer inevitablemente en el intento del abrazo (hecho que será discutidísimo más adelante), al tipo uno lo lleva al cine y si se afirma “LO LLEVA” es porque es un mero objeto. No carece de la entidad de sujeto, por más que de repente una lo mire con cara de qué- importante-tu- proyecto- y-qué-ganas-de-tomar-un-helado. Porque el TIPO si bien tiene más entidad que el MIEMBRO que es el pedazo de carne al que se usa y se tira, el tipo es el que de repente uno puede llegar a contar. Pero siempre que quede claro que el Tipo, va a ser sólo Tipo. Porque está imposibilitado desde el comienzo sea por portación de novia, por portación de problemas con su promiscuidad, por portación de idiotez, portación de ignorancia, o portación de ineficacia sumada al punto en que lo llevás al teatro a ver Andrómaca y espera ver minas en bolas, con la consecuente obligación que luego tiene una de volverse una acróbata china en la cama para agradecerle el favor. El HOMBRE es otra cosa. El hombre lamentablemente es una categoría que se ha perdido, porque en nuestra época de tanta falta de códigos, si La Chandon de Roland mostraba lo que era SER UN HOMBRE. Si el CID mostraba la piedad, justicia y paternalismo. Un HOMBRE es un ser inexistente. No existe. No cuenta conque digan “Te amo” porque un hombre no dice esa pelotudez, un hombre realiza el acto de habla, no lo enuncia. Por lo menos no necesita enunciarlo a cada momento para que le quede claro a su propio cerebro, o para que la otra se sienta amada. No, no, no, está el Hombre para que una se sienta una mujer. Ese es el problema, que el hombre no existe porque ha sido idealizado. Es una figurita. Un topos. Un lugar común. Un príncipe que se hace sapo. Puaj.


3) Tres salidas es lo que se necesita para determinar la categoría del sujeto. Tres solamente te permitirán darte cuenta de si es un potable o una bosta. Tres simples momentos: uno, la salida al cine. En la salida al cine es fundamental ver si paga la entrada y se da cuenta de qué clase de pochoclos comés. Si en la cola de la compra de pochoclos está transpirando, está claro que es un rata y las ratas pagan a medias. Pagan una cena de ochenta pesos y se jactan de haber pagado LA CENA ROMÁNTICA. Una cena romántica no incluye panchos con papas fritas pay, se avisa. Un sujeto que en la primera salida al cine te deja elegir la película es un sujeto sin iniciativas. Es un tipo que puede hoy ser plomero, como mañana trabajar en una oficina frente a una computadora o en definitiva dedicarse a vender tornillos en la esquina de Larrazabal y Zelada. Es un mediocre. Un mediocre no sirve para segunda salida. La segunda salida es la cena. En la cena uno se da cuenta de cuáles son los gustos sexuales del sujeto; porque un tipo que te lleva a una parrilla, es de los que se tiran gases; un tipo que te lleva a la pizzería, cuando va al baño le manda mensajes a otra mientras se mira si tiene orégano entre los dientes. Un tipo que te lleva a comer comida mexicana o peruana, es un tipo que le gusta el picante, por lo tanto esa primera cena olvidate de tener sexo, ya que va a ser un hedor andante. Un tipo que lleva a cenar comida china es un excéntrico que en realidad pretende pagar a medias. Un sr que invita a una dama a cenar a la orilla del río y/o zonas aledañas a Palermitanosidades y que en el menú elige el vino más caro (no tiene que ser Cabernet porque eso causa acidez), es un candidato a tercera cita. La tercera cita es la que una ya se ha depilado, ha comprado ropa interior nueva y se ha humectado la piel con brillitos (GRACIAS NATURA Y NIVEA VISAGE!). Salida al teatro a ver una obra clásica. Y si sobrevive a la obra, merece que seamos unas geishas en la cama. Si una los ve bostezar, directo a la lista negra. Y si por alguna casualidad se los pesca mirando con el rabillo del ojo el escote. Entonces que espere a una cuarta cita, por impúdico. Nadie que esté viendo Hamlet va a tener ganas de mirarle la tirita del corpiño a la acompañante.

4) Nunca hay que ser sincera con lo que una siente. Tal como habrá ocurrido en la época de las cavernas, el hombre huele el miedo. Y las mujeres cuando tenemos ciertos sentimientos nos volvemos adrenalínicas. En contraposición, ellos se vuelven particularmente paniqueros. Y el pánico no es sonso. Saben que van a decir cosas que no sienten. Saben que se irán de boca. Pero lo que saben es que están a pocos pasos de tirar todo por el tacho de basura. Así que por más que haya mucho para decir, por más que una esté sintiendo ese extraño enamoramiento (que aviso, según psicólogos, neurólogos dura lo que dura la dopamina, ergo es como tomarse una alplaxeta con champán!) dura la nada misma, pero dura lo suficiente como para que una oculte siempre lo que siente para centrarse en lo que piensa. Ellos no piensan, tienen una bragueta que piensa por ellos, por lo tanto es carente de raciocinio lo que tienen. De ahí que no hay que decir nada de lo que una sienta. Pues, cualquier cosa puede ser tomado en su contra. Callar. Solo callar y de última desahogar con algún otro tipo al que le quemes la cabeza luego de hacerle la parabólica humana en un escritorio.

5) Hablar de otros tipos. Sí, totalmente de acuerdo. Hay que hablar de otros tipos para que justamente el tipo en cuestión se dé cuenta de que “es uno más del montón”. A ver, seamos honestas. Somos minas, lindas, con inteligencia. Digamos infelices hay de sobra. Miembros, en cualquier after office, palo y a la bolsa. O directamente mensaje de texto para domingo matinal. Tipos es una cosa más de charleta pero siempre tiene que quedar en claro que hay otros. Hay otros porque ellos nos pusieron en ese lugar pedorro. Hay otros mejores porque justamente ellos eligieron ser mentirosos, porquerías e infelices. Entonces dejaron de ser “Los Únicos” para volverse “Amigacho”. Y lo que es ideal, es necesario decirles las ganas que una les tiene a otros tipos. Y todo lo que le haría una a otros tipos solo para que se sepan que no son nada, no son ni especiales ni siquiera una bolsa de harina con la cual una puede amasar dos kg de pizza. Son justamente eso: nada.

6) Sexo. Orgasmos masculinos. A ver, a ver. Hello. Ellos diariamente se levantan de sus camas con su forma plomiza y se tocan el miembro para ver si todavía existe. Ellos tienen sexo. Mucho sexo con cualquiera (sin protección, según estadísticas). Ellos se “revuelcan” con minas todo el tiempo. Ellos se acuestan con todo aquello que tenga un agujero. No hacen diferencia entre raza, sexo ni religión. No tienen en cuenta si son amigas, novias de amigos, amantes hermanas latinobolivianas de otros ni nada de eso. No les importa. Tienen sexo. Entonces, mis adoradas, ¿por qué brindarles el placer de fingir un orgasmo? ¿por qué esa performance que los haga sentir bien y que ellos disfruten? SON UN PEDAZO DE CARNE y como tal deben ser tratados. O sea, palo y a la bolsa. Metida de dedos, colada un rato y si en ese interín “tocaste el cielo con las manos”, listo, sacate a la foca de encima, empujalo y por más que diga “Pero yo no…” y ponga cara de que-no-terminó- vos sí terminaste, vos sí la pasaste bien, y vos solita te vas a pagar el remis y no vas a permitirle al otro que se dé el lujo de llamarte el taxi. Solita te vas para baño, uso de bidet previo, mientras el morsa está en la cama cambiando las sábanas para que no “huela a sexo” vos arriba de tu remis, taxi, ojotas lo que sea…vas emprendiendo el camino hacia tu casa. La perdición de una mujer se mide a partir del momento en que se queda a dormir. Basta que hayas cedido una noche para que se piense que es un permiso. Porque en el fondo son tan grises que disfrutan de dormir abrazados o haciendo cucharitas, pero la verdad es que no se lo bancan. Porque no está en su naturaleza. Lamentablemente, por cuestiones hormonales estamos acostumbradas al abrazo y al afecto. Pero también, por cuestiones hormonales una cocodrila se come a los cocodrilitos y la mantix religiosa le come la cabeza al macho luego de la cópula macabra así que por salud mental, una vez que se produce el SÍ EXISTENTE ORGASMO FEMENINO se pasará a evitar contacto con el sujeto. Porque hay demasiados peces en el agua para andar regalando orgasmos a cuanto pelele hay.

Y COMO ES TARDE, Y TENGO SUEÑO. ABANDONO UN RATO LA INFAMIA PARA DORMIR CON DULCES ANGELITOS RONDANDO EN MI CABEZA….

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