Buscar este blog

domingo, 12 de diciembre de 2010

CUESTIONES DE RECIBIMIENTOS:






Nadie duda de que es un simple papelito. Ella siempre supo lo que era y lo que pensaba. Ella siempre fue consciente de lo que había laburado para que ALGO certificara que ella ERA. Era como si la no existencia fuera parte de sí misma. En la familia TORRISI-FERNÁNDEZ-PÍCCOLO la existencia la da justamente el “tener” antes que el ser. Mi prima Yamila tiene belleza y la delgadez perfecta, tiene una bella hija con los ojos más grandes del mundo y tiene un marido que fue su gran amor. Baby, mi prima pelirroja, quién tiene la altura de aquellas que llegan angelicalmente al cielo, Bárbara (la que habla otro idioma) tiene el pelo rojo como el fuego y tiene a los niños más tiernos (digamos, Uriel es bastante Kaprichoso, y no así Adriel quien fue feliz mientras lo veía bailar murga…)
TENER Y NO TENER ESA ES LA CUESTIÓN. Dando un giro Lingüísitico a las palabras de Shakespeare. Y las cosas se convirteron en NO TENER. Siempre fue la KAR-encia de espíritu y de desenvoltura. Siempre fue el miedo. Y fue el día sábado. Y un día llegó el sábado. Y en un acto de pura escolaridad y academicismo, alguien me dice: “Los egresados van por aquel lado”, “Invitados por allí”. Mi invitado necesario que iba a darme una rosa blanca, no estaba presente porque decidió dejar este mundo. No creo en símbolos, pero sí creo en que hubiese deseado de mil amores que él me diera el título. Dos días antes del cumpleaños de ZOE, sentado frente a mí, tres días antes de morir me dijo: “Nunca te voy a entregar en un altar, ya me ves: no me dan las piernas; ni siquiera sé si voy a poder subir al estrado para darte la rosa y ser quien vos querés, el que acompañe a “esa” que te va a dar el título. Dicen que el imaginario es tan poderoso en la vida, que siempre soñé con que mi hijo imaginario y futuro se llamaría Ulises o Circe si es niña… el imaginario es tan poderoso que me vi durante años caminando al lado de mi padre yendo a encontrarme con un esposo imaginario, pero sólo porque en el fondo siempre fui una Susanita. Quizás porque era la minita que tenía dentro… En mi imaginario, la entrega de diplomas era una escena de anagnórisis, el momento en que el héroe se da cuenta de su amarrita y allí es un poco tarde, pero modifica su devenir. Y era en ese momento, ante el reconocimiento del HOMBRE y de la mujer que siempre me desaprobó donde YO COBRARÍA EXISTENCIA de profesional, de mujer, de KARINA. De un ser que ahora estaba legitimado por un papel…ya no habría papeles truchos que dijeran que soy “hija de”, “ni tarjetas que digan que pago tanto”….era el PAPEL (que no se tomaba en un baño) sino era el papelito que certificaba que iba a realizar una tarea con convicción, con criterio y principalmente con coherencia. Vinieron mis tías, hermanas de mi padre, y mi madre. Sentí no tener la rosa, para qué negarlo, hubo un momento donde se me llenaron los ojos de lágrimas y me encontré con quien hizo que el corazón me latiera fuerte de verdad. Al grito de “Gato viejo, de qué te van a dar título a vo’….de ESPERANTO” me doy vuelta y me alza a upa….y lloro porque no puedo creer que él haya venido y me diga “Vine como suplente, porque sabía que podría hacer falta”…y saca un clavel feo. Bastante feo, en realidad…que está metido dentro del “Facundo: Civilización y Barbarie” que es lo que siempre fui. Y él me da ese clavel….y me recuerda todo ese pasado de juntada y de amistad sincera….de esas que no esperan el tiempo, nada a cambio. Noches tomando birras y noches de lágrimas donde llamo para ir a refugiarme. Y, sin embargo, él aparece para recordarme que existe la gente buena…la gente con cariño sincero…la gente que vale la pena y la gente que realmente está al lado de uno. Lo veo abrazar con sinceridad a mi vieja…y no es un abrazo falso por un paquete de chocolates. Es un abrazo y le agarra la mano. Y los egresados por otra fila. Y los egresados entramos por otra fila….y el momento había llegado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario