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jueves, 5 de agosto de 2010

KONDESA SANGRIENTA Y MELANCOLÍA NARCISISTA.COM.




"Y todo aconteció una noche oscura
donde las tinieblas se condensaron
alrededor de un estanque, y allí, en
el medio del mismo, se erguía mágico e
imponente....el K-stillo de JO-KAR, reina
de hielo, corazón congelado, quien se servía
corazones humanos en un delicioso manjar victoriano"

¡TODO ES ESPEJO!
Octavio Paz




Que la vida es un espiral, era una linda frase para explicar la serie de sucesos que estaban ocurriendo. Era extraño pensar en los dejá vu pues, era de una simplicidad absoluta el hecho de creer que todo se repetía (para mal) y evidentemente uno no siempre se baña dos veces en el mismo río (lo había dicho el nabo de Heráclito) y también lo dijo Neo en la película Matrix que lo que parecía un dejá vu era un error maldito de la máquina (otra vez la idea de la máquina). Lo cierto es que releo el mito de la Kondesa Sangrienta, mito divino de una mujer que vivía delante de su gran espejo sombrío, el famoso espejo cuyo modelo había diseñado ella misma... Tan confortable era que presentaba unos salientes en donde apoyar los brazos de manera de permanecer muchas horas frente a él sin fatigarse. Podemos conjeturar que habiendo creído diseñar un espejo, Erzsébet trazó los planos de su morada. Y ahora comprendemos por qué sólo la música más arrebatadoramente triste de su orquesta de gitanos o las riesgosas partidas de caza o el violento perfume de las hierbas mágicas en la cabaña de la hechicera o -sobre todo- los subsuelos anegados de sangre humana, pudieron alumbrar en los ojos de su perfecta cara algo a modo de mirada viviente. Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos. Y a propósito de espejos: nunca pudieron aclararse los rumores acerca de la homosexualidad de la condesa, ignorándose si se trataba de una tendencia inconsciente o si, por lo contrario, la aceptó con naturalidad, como un derecho más que le correspondía. En lo esencial, vivió sumida en su ámbito exclusivamente femenino. No hubo sino mujeres en sus noches de crímenes. Hay leyendas que afirman que varios miembros de su familia practicaban la magia negra, como es el caso de su prima Anna, que habría matado a su propio hijo; o el de uno de sus tíos, adorador del Demonio y alquimista; o el de su hermana Clara, que cometía "aberraciones sexuales" y que asesinó a su propio marido.

Si bien es verdad que se tomaba a la familia de Elizabeth como desequilibrada, hoy por hoy la verdad está bien fundida con el mito, de modo que lo que todos conocemos son, en su mayor parte, versiones novelescas de la verdad.
Elizabeth se crió en el castillo de Ecsed y fue educada con rigurosidad; llegó a hablar a la perfección en latín, alemán y francés. Vivía con su niñera, Ilona (Helena), la cual sería en tiempos posteriores su mayor cómplice, y de la que se afirma que practicaba la brujería y que asesinaba niños para extraerles la sangre y los huesos. Podría haber sido esta persona quien incitó a Elizabeth a llevar a cabo las crueles torturas con las que, desde una temprana edad, castigaba a su servicio. Desde siempre, Elizabeth se comportó de forma arrogante con los criados y era especialmente cruel con las mujeres. Le gustaba vestirse de hombre y salir a cazar; era muy buena con el arco.


Continúo con el tema del espejo. Si bien no se trata de explicar a esta siniestra figura, es preciso detenerse en el hecho de que padecía el mal del siglo XVI: la melancolía. Uno lee el relato del pobre y bello Narciso, y no sabe si llorar por su soledad o por su incapacidad. (incapacidad de ver al otro, porque realmente ¿el otro, existe? ¿o no es más que un fantasma que hemos creado?) y ahora me fui para Narciso, lindo, hermoso, tan inalcanzable que nadie se animaba ni a mirarlo. Fue cuando una pobre ninfa cae sub-sumida en esos ojos y cuando se quiso dar cuenta, la V, de la VENGANZA (que en griego es la NÉMESIS) la castigó al igual que a él, incapaz de conocer el verdadero amor. Pero no me voy a seguir yendo, el punto es que Narciso cree que nadie esta a su altura, porque nadie es tan bello como él, entonces desdeña, deshecha (o desecha??????) a las demás, tal como la Kondesa Sangrienta, vive en un mundo de perpetuos fantasmas donde teme a las mujeres. Ergo, se da cuenta de que NO PUEDE CON ELLAS. Se refugia en su propia imagen, se ve a sí mismo y es tan impresionante lo que ve (porque él no se daba cuenta de lo que valía para los demás, no se daba cuenta de que no era sólo su aspecto, sino esa imagen de vulnerabilidad lo que veían las ninfas del bosque) y queda prendado, encerrado en sí mismo (no podía demostrar otra cosa….) y se arroja según las versiones a un estanque, pero me quedo con la versión de Ovidio que dice que era el hijo del dios río, así que en el río se contempló, y volvió a su verdadera naturaleza, uniéndose en la imagen de PADRE-HIJO fusionada, necesaria que no se dio cuenta de que existía en sí mismo…por rodearse de féminas…NARCISO también es un bello ejemplar de la melancolía. Un ser sin padre, un ser que su madre evita que conozca el amor. Nacido del fruto de una violación, es abyecto e injuriado por todos los demás…por eso está refugiado en un bosque. Esto hace su madre para que nadie lo lastime....ok ok que se lastime a sí mismo es harina de otro costal…

Un color invariable rige al melancólico: su interior es un espacio de color de luto; nada pasa allí, nadie pasa. Es una escena sin decorados donde el yo inerte es asistido por el yo que sufre por esa inercia. Éste quisiera liberar al prisionero, pero cualquier tentativa fracasa como hubiera fracasado Teseo si, además de ser él mismo, hubiese sido, también, el Minotauro; matarlo, entonces, habría exigido matarse. Pero hay remedios fugitivos: los placeres sexuales, por ejemplo, por un breve tiempo pueden borrar la silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica. Y más aún: hasta pueden iluminar ese recinto enlutado y transformarlo en una suerte de cajita de música con figuras de vivos y alegres colores que danzan y cantan deliciosamente. Luego, cuando se acabe la cuerda, habrá que retornar a la inmovilidad y al silencio. Pero por un instante -sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes. Hay noches donde uno ansía tan sólo un trago animado, o un escape viable para no pensar en que las noches se vuelven eternas, y los días (discurren, transcurren….) igual…y todo se torna igual…

Al melancólico el tiempo se le manifiesta como suspensión del transcurrir -en verdad, hay un transcurrir, pero su lentitud evoca el crecimiento de las uñas de los muertos- que precede y continúa a la violencia fatalmente efímera. Entre dos silencios o dos muertes, la prodigiosa y fugaz velocidad, revestida de variadas formas que van de la inocente ebriedad a las perversiones sexuales y aun al crimen. Y pienso en Erzsébet Báthory y en sus noches cuyo ritmo medían los gritos de las adolescentes. En 62/ modelo para armar, también se habla de la Kondesa Sangrienta, solo que se plantea que su verdadero deseo de belleza y su lucha contra los demonios de su vejez, su pérdida de hermosura era lo que la llevaba a asesinar a las jóvenes para luego bañarse en su sangre. Qué rara sensación siento respecto de ver lo vampírico de esta mujer...en el fondo es una heroína romántica...


A veces pienso en la melancolía que siento cada vez que releo estos textos o que me releo a mí misma, y pienso y medito acerca de si están bien las decisiones que tomo. Alguien dice que abra las alas y que los demás sigan comiendo del piso…alguien dice que se puede vencer a los demonios. Pero la condesa Erszebeth, que es muy similar a ELIZABETH que es mi segundo nombre…no sale de su encierro. De su espejo. La relación con el otro (las otras….) es la de una autómata….me pregunto dónde está la salida del castillo estancado. Me pregunto dónde está la llave de la puerta. Y pienso si no tendré que hacer como en “Conan el Destructor”, romper los espejos para ver dónde está mi propia salida….

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